Hay noches desnudas de tiempo, horas, que son solo gotas constantes,de esa gotera insistente, y en su caída, horas, que solo mueren...
Respiro, como si la inhalacion llevase a la exhalacion, para luego otra inhalación, y otra exhalación, y es tan vano como necesario...
Un latido, y el vago eco del otro, el repetido bosquejo de saberse vivo, un poco vivo...
Hay noches en que mis manos son lacrimosas estrellas, y la misma noche, saturada en mi mirada busca vestigios de algún sol, restos, como siempre...
Hay noches en que soy sombra, o el lado más oculto de mis palabras, y brotan desdeñados tantos verbos, que pecaron en silencio, o besaron murmullos insistentes en mi desasido vocablo, migajas, solo migajas devoradas por el viento, pues solo el viento comprende...
Raquel Martinez.
miércoles, 25 de enero de 2012
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