Un trozo de cielo se queda en tus alas,
trinando en tu vuelo una brisa dorada,
besando la tierra despiertas su piel,
gimen sus entrañas, sollozas de ayer...
Penden de tu pico voces afloradas,
cantos de otras tierras y de aguas lejanas,
ritmos y raíces en su seno laten,
germinada vida primorosa te abres.
Esconde el silencio sus gélicas manos,
y yace el invierno de azulados pies,
¡tu vuelo es heraldo, golondrina primera!
y pregona la fuerza de la primavera...
Raquel Martinez
( Der Res)
jueves, 30 de septiembre de 2010
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